Asuntos maternales

Lo dijo Salinger en El guardián entre el centeno: “Todas las madres están levemente locas”. Sabido es que las madres son susceptibles de parir un sinnúmero de estados emocionales extraños, perversos y pirados. La maternidad es territorio fértil para toda suerte de desviaciones. Ni hace falta decir que de estos laberintos epilépticos no todas salen inmunes. Las películas a continuación tienen que ver con tales oscuros, muy confusos asuntos maternales.   

Meadowland (EU, 2015). Está película no está exenta de brillantez. La produce y actúa Olivia Wilde, que nos ha mostrado un instinto artístico no adocenado. La acompañan Luke Wilson, Juno Temple, Elisabeth Moss, Giovanni Ribisi, John Leguizamo, Ty Simpkins. Es un cast de los enteros. Pero vamos a la trama: una pareja pierde a su hijo. O más precisamente su hijo es secuestrado. Al no encontrarlo, empieza para ambos un alfaque de locura y solipsismo con muchos momentos, oscuros unos, poéticos otros,  humanos también. La película es oscura, poética, humana, sí, y nos lleva al fondo de esa batalla perdida, la muerte, pero además a la muerte del que no sabemos si está o no muerto, a la muerte inconclusa, grito que no sale. Tantas idioteces en cartelera, y esta digna película indie pasa desapercibida.



Bad Moms (EU, 2016). Hablábamos de idioteces, y esta lo es. Lo que pasa es que cada cierto tiempo miro pobres pelis de esta naturaleza (perdón por nacer) y cada cierto tiempo estas pobres pelis ofrecen, contra todas las apuestas, alguna clase de diálogo meritorio. Por ejemplo cuando el personaje de Mila Kunis dice a su hijo: “Si no aprendes cómo trabajar duro ahora te convertirás en otro blanco cualquiera que se siente con derechos y cree que es increíble sin razón aparente”. La película va, con una ligera estética Hangover, tras esa cárcel regimentada que es ser madre hoy en día, especialmente en los Estados Unidos, en donde la cosa, de tan perfeccionista y psicorrígida, ya ha adquirido tintes digamos histéricos. Con Mila Kunis actúan Kathryn Hann y Kristen Bell.



The Harvest (EU, 2016). De IFC nos viene esta película de horror simple, clásica, ligeramente bradburyana. Es la clase de horror que reposa en el planteamiento, en la atmósfera y en la actuación, más que en el efecto. Hoy todas las películas de horror creen que el efecto las dispensa de una historia digna (un ejemplo sería la película Ouija: Origin of Evil, que vi anoche, malísima). Me gustaría por cierto hablar de la trama de The Harvest, pero no hay mucho que pueda decir de ella sin arruinarla y spoilearla. Baste decir que el personaje de la madre es una controladora enferma que nos recuerda en cierta medida al personaje de Kathy Bates en Misery. La película aborda distintos temas como la codependencia y la asfixia maternal, entre otros, y nos dirige con cierta maestría a un final imprevisto. Es de John McNaughton, un director que tiene una filmografía más bien extraña, entre vulgar e interesante.



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