Curtido (21)



Bienvenidos a un nuevo curtido. Hace rato que quería hacer mención de un western de crines interesantes, Jane got a gun (2016). Nuestro personaje es una mujer (Natalie Portman) que le pide a su antiguo amante (Joel Edgerton) que le ayude a defender a su presente esposo. Parece un relato de codependencia, supongo que lo es, pero además es un western muy serio y uno muy clásico.
           
Después de ver la de horror The Forest (2016), que pudo ser genial y malograron completamente, me puse a ver Sea of Trees (2016), de Gus Van Sant, que ya nos pareció un poquito más interesante. Ambas ocurren en ese bosque de los suicidas cercano al Monte Fuji (se trata de un parque gigantesco donde la gente tradicionalmente va a quitarse la vida). Para ser honesto, esperaba de Van Sant algo más formal y sublime (recordando Elephant) pero sería de plano injusto decir que el filme nada me gustó.
           
Otras películas americanas que no es que diluvian talento pero entretenidas son: Money Monster (2016), de Jodie Foster, que continúa con el tema vigente de la corrupción financiera; Imperium (2016), que nos lleva de la mano de Daniel Radcliffe al universo de las organizaciones suprematistas; Tallulah (2016), con la siempre apreciable Ellen Page, sobre la maternidad y la entrada a la madurez; Septembers of Shiraz (2015), inspirada en la novela de Dalia Sofer, nos traduce la caída de una familia adinerada bajo la revolución iraní; en el territorio de las series comenzamos a ver Sleepy Hollow, basada en la leyenda que ya sabemos, y con tintes sobrenaturales por todos los costados.
           
Ahora podemos pasar a los filmes extranjeros. Bhopal: A Prayer for Rain, del director indio Ravi Kumar, me puso en contexto el que es considerado el peor accidente industrial en la historia de la humanidad.  Horroroso.  Hablábamos de la codependencia y aquí les dejo una película que explora el tema con cierta profundidad: la francesa Mon Roi (2015), con un solido Vicent Cassel y una entregada Emmanuelle Bercot (ganó Cannes por ello).  Ya en el sector asiático vimos la de miedo y mediana The Silenced (2015), surcoreana. A mí me gusta el cine surcoreano (y hasta le dediqué una columna toda alguna vez) porque tiene tantos registros, desde los extravagantes tipo Oldboy (que data de 2013) hasta los autoralmente clásicos, y aquí pienso en la magnífica y conradiana pieza llamada Niebla (2014).

En el sector de películas locales vi Ovnis en Zacapa (2015), que no había visto, que tenía mucha ilusión de ver y que viéndola me desilusionó completamente. Como yo lo veo, mucho del problema es un problema de guión. Verán, con un guión así de malo, la película nunca tuvo una oportunidad real. Diálogos y escenas que lejos de darle movimiento y poder narrativo al filme, lo van hundiendo en un engrudo moroso y sin olfato. Sin contar los descosidos y la evidente carencia de recursos. Y aquí no hablo de los recursos económicos, sino de los creativos. Como película de humor nos pone de mal humor.


(Contraluz publicada el 30 de septiembre de 2016 en Contrapoder.)


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