Sci–fi que funciona

He visto tantas películas de ciencia ficción últimamente –fan somatado del género– que resultaba obvio que tenía que dedicarle a todo eso una columna. Naturalmente, no todas las rendiciones que vi funcionan. Algunas cosas parece que van a darnos mucho y al final dan poco o dan menos (pienso en Midnight Special, o la temporada extra, entre lo jalado y decepcionante, que hicieron de los X Files). Están aquellos otros materiales que siendo entretenidos nos dejan un sentimiento, a la larga, neutral (The 5th Wave, Dark Skies, The Lazarus Effect). Luego existen películas que se creyera no van a destacar tanto y terminan atrapándonos un poquito (Alienated, Europa Report). Aquí vamos tras aquellos filmes de ciencia ficción abiertamente recomendables. Las tres películas que sugerimos enseguida cumplen con presentar tramas originales de sci–fi, mientras exploran cómo los humanos respondemos ante la emergencia de lo alienígena, que no es otra cosa que lo otrante.


Circle (2015). La vimos en Netflix. Es una película de muy bajo presupuesto –tiene un setting único, si descontamos las escenas finales– pero con tan pocos recursos hicieron algo ya inteligente. Cincuenta personas despiertan en una suerte de recámara circular alien. Cuando intentan moverse de sus posiciones son ejecutadas. De hecho, aunque no se muevan, son ejecutadas, eso cada dos minutos. ¿Cómo así? Pronto se dan cuenta que tienen el poder de decidir quien será el próximo que va a morir. Es cuando la película se vuelve de veras interesante, porque entonces se inicia un encendido debate sobre qué vida merece o no ser tronchada. El filme es realmente una reflexión sobre nuestros sistemas de valores, y cómo estos se hacen la guerra, y más todavía: de cómo usamos nuestros sistemas de valores para justificar la barbarie.  


10 Cloverfield Lane (2016). Cuando estaba en el colegio leí una nouvelle de Mérimée en donde el lector no podía concluir si la narración era o no fantástica. Adoro este tipo de relatos. También están las historias que sugieren un enfoque sobrenatural y al final terminan dando un desenlace psicológico (acabo de ver una película en esta línea, llamada The Boy). Es una forma de resolver las cosas. Otra manera es dejando que lo fantástico se apodere por completo de la trama (pienso en la singular The one I love, con Elisabeth Moss y Mark Duplass, vista la otra vez en el cable). Pero hay todavía una cuarta opción: cuando la resolución es a la vez psicológica y es a la vez fantástica. Es el caso de 10 Cloverfield Lane, en donde el espectador no sabe si de verdad hay una invasión alienígena o simplemente está asistiendo a la enfermedad mental de un prepper (que es, felizmente, John Goodman). Pues bien: es ambos. Toma tu spoiler.


The signal (2014). La evidencia de que se puede hacer algo sublime desde lo puramente independiente. Tres jóvenes están taloneando un hacker, y esa búsqueda los lleva a los desiertos de Nevada. Aquí la película rehabilita unas de nuestras mitologías contemporáneas: el Área 51. Instalaciones subterráneas, poderes biónicos, terror posthumano.  ¿Por qué me fascinó The signal? Porque abunda en escenas fenomenales. Por las ambientaciones liminales y desérticas. Por la mística cómic. Por la música, Dios mío. Y por ese final que es todo menos plano. Si quieren ver algo decente hoy en la noche pues ya saben.







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