Lo real (2)

Seguimos con nuestras reseñas de películas basadas en hechos reales.

El Clan (2015). Del argentino Pablo Trapero nos llega esta historia freak, de crimen y asesinato, que ganó un León de Oro en el Festival de Venecia. Argentina nos ha dado algunas historias a–sangre–fría de interesante valía (está por caso el caso de Robledo Puch, contado en una crónica memorable por Osvaldo Soriano; o pensemos en el Petiso Orejudo, ver el cuento de Mariana Enríquez). El Clan está basada en la historia de los Puccios, una familia que lleva una vida doméstica entregada, mientras de otra parte se dedica tenebrosamente al secuestro. Lo que el director alcanza muy  bien es destacar la perversa coexistencia que puede darse entre la fachada respetable y la malignidad profunda. También consigue señalar ciertos rasgos oscuros de la Argentina protodemocrática. En la Argentina, tal y como acá, se dio una línea de continuidad entre las viejas estructuras contrainsurgentes y el crimen paraestatal. Gente conectada viviendo en la impunidad. El score de la peli nos lleva a toda una época –con bandas como Seru Giran, Virus, Creedence.


True Deception (2015). También la pueden encontrar con el nombre The Adderall Diaries, que es el nombre del libro de donde nace la películadel escritor Stephen Elliott. BDSM, pastas, pérdida masiva de reputación, peleas patriofiliales, y la fascinación mórbida de un autor por un juicio de asesinato, cumpliendo así con esa tradición canónica americana capote–maileriana. Una complicada situación íntima y profesional, como ya están viendo. La película viene a ser una reflexión sobre el genero de las memorias, y de cómo nuestra consciencia acomoda narrativas a conveniencia. James Franco hace de Stephen Elliot y el padre aquí es Ed Harris. Afirmar que es una gran película es como estirar la cosa, pero se agradece al menos el intento. Me parece que Elliot no quedó muy contento con el resultado.


Walt Before Mickey (2015). Un biopic sobre las circunstancias duras que tuvo que vivir Walt Disney antes de empalmar con su éxito. Meh.


Pawn Sacrifice (2014). La película de Bobby Fisher. Representado por un Tobey Maguire que le pega a unos registros perversos de la personalidad paranoica de aquel señor genio del ajedrez, en un entorno altamente politizado. La historia tiene algo de fascinante, pero a la vez nos queda como manca. No sé.


Exodus: Gods and Kings (2014). Vi la otra vez en el cable esta rendición de Ridley Scott sobre el éxodo de los judíos desde Egipto a Canaan, un tópico que como sabemos ya Hollywood ha tocado antes. ¿Historia real? Para muchas personas lo es, y es en virtud de ello que la incluyo en esta lista. Para mí por supuesto todo eso es literatura fantástica. O puesto de otra manera: una serie de eventos ocurrieron en aquellos tiempos que fueron recibidos, interpretados y expresados a través de la membrana mítico–mágico de la época. Es así: a veces la verdad se pierde en la obra, pero una nueva verdad por ello nace: la verdad de la ficción. O como dice Stephen King: la ficción es la verdad dentro de la mentira. La película es muy decente, y reúne decorados increíbles, batallas épicas, momentos actorales imprescindibles (liderados por Christian Bale, como Moíses; y Joel Edgerton, como  Ramsés). Se la hartaron los críticos.  





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